Muy mala atención. Demasiadas cosas mal, como que WiFi no funcionase, el restaurante no tuviese casi nada, los dispensadores de agua simplemente no los rellenaban porque no querían, la sanitización era de chiste (una ducha, literal, en el hall, que salías empapado y con el cubrebocas inservibles por mojarse). Pero lo peor fue que el perro me atacó, por suerte no me hirió directamente pero sí llegó a rasgar la ropa que llevaba y lo negaron todo y nos hicieron un espectáculo a gritos para no reconocerlo, negándose a mostrar los videos, basando todo en que la ropa no era nueva (sin atender que el peligro es que podía haber resultado gravemente herida). Simplemente horrible experiencia, jamás volveré ni gratis.